viernes, 7 de diciembre de 2018

53


con ánimo de cerrar ese antro



en algún lugar del Pacífico
hay un archipiélago
con una isla que se destaca
entre sus hermanas
por ser más extensa
y tener más altura.
en su centro hay
una serie de colinas
cubiertas por un pastizal
y a su alrededor
kilómetros de selva tupida

esta isla cerró
hace cinco veranos ya
y sus orillas se volvieron
inaccesibles, como dicen
disolvió su materia
pero no su memoria:
el follaje absorbió
los rayos del sol
los pájaros volvieron
sus colores del revés
los lagartos sumergieron
sus ojos en el agua
los nativos desaparecieron entre las cañas
y miraron desde donde no podíamos verlos

hasta donde puedo recordar
solo las palmeras se movían
apenas, con el viento

lo que sí recuerdo bien
son todos los muertos
y los que vivieron
moviéndose hacia la colina
más grande de la isla
que por supuesto
era una metáfora
los que murieron antes de llegar
y los que vivieron para contar
la historia de los muertos
y así hasta que solo quedara
el sonido de una piedra

empezó como una estupidez
un vámonos de viaje
y terminó por cuestionar
todo cuanto es
hasta el propio principio
del viaje, la naturaleza
de los colores y la forma
de las cosas, y sopesó
la posibilidad de que
todos los hombres
que pelearon en esa isla
no hubieran podido
jamás comunicarse

consideró la deserción
como una salida hermosa
a la guerra forzada de las cosas:
caminar en dirección opuesta
a la marcha, arrodillarse
en el pasto y esperar
a que alguien lo levantase
incluso quebrarse una pierna
y después de los primeros espasmos
respirar con la mente clara
otro nuevo aire limpio

el cielo
que se partía en veinte colores
se fue borrando poco a poco
con el agua
y el profundo impacto
que lo había puesto en ese lugar
se replegó para volverse una anécdota

"naturaleza" le habían puesto de nombre
pero en realidad eran los cantos corales
de los religiosos nativos
¿por qué la naturaleza es mala
consigo misma? era, al fin y al cabo
una pregunta panteísta
como preguntarse por qué
el mundo es caníbal y
qué culpa tenemos nosotros
y encontrar en todo eso
la luz que se filtra sobre
la superficie del agua
los pibes melanesios
riéndose a carcajadas
y haciendo burbujas
con los costados de la boca
piedritas moldeadas
por la sal del mar
la quilla gris y metálica
de un barco
una columna de humo negro
que sale de una chimenea
en medio de unas islas vírgenes
las olas color rosa
el frío de la noche
que empieza a caer
jugar a la carretilla
armar una choza

es hora de cambiar los paisajes mentales
para abrirle paso a otras figuras
otra agua
otros árboles
otros animales de la misma selva
otras burbujas, los mismos pibes

martes, 25 de septiembre de 2018

52


una columna de gente
marcha por la calle
que atraviesa el bosque
cantando canciones de justicia
para el pueblo.
cuatro hermanas
rompen la columna
y bajan hasta los arbustos
-los helechos hasta las rodillas-
arrancan grosellas silvestres
y las comen ahí mismo

lunes, 27 de agosto de 2018

51


lo sabés
o de repente
lo suponés:
no sos tan inteligente
como siempre creíste que eras
y aunque eso no fuera tanto
hoy es realmente poco
barajá y volvé a dar
ahora y mejor
a vivir con los parias
y los conejos
en las madrigueras
que rebalsan con la lluvia

martes, 31 de julio de 2018

50


¿tengo algo más que decir?

pongo los pies sobre la mesa
preparo mi retirada
apoyo el vaso
empujo el cenicero al otro lado
de la mesa
preparo mi retirada
apago todas las luces
devuelvo el cenicero
a su posición original
subo la escalera
en el último escalón
me vuelvo y bajo otra vez
preparo mi retirada
choco contra la mesa
cae el vaso al suelo
se hace pedazos
intento esquivar los vidrios
no hay caso
preparo mi retirada
miro todas las ventanas
tan angostas que no pasa
una persona
huelo a cemento
acá todo huele a cemento
preparo mi retirada
rodeo la mesa
por el lado opuesto
piso el borde del charco
el agua pasa
a través de la suela
agarro la silla por el respaldo
voy a quedarme

todos los días de la próxima semana
en la cabeza, por un minuto
todos las notas del cuaderno
como una sola, en la cabeza
por un minuto
todos los estampidos de los tiros
resonando en un patio de cemento
todos los cartuchos en la palma de la mano
como prueba de que por cada trueno
hay un rayo allá en el campo
en la cabeza
por un minuto
todas mis proyecciones
pasando a través
de la rajadura en la pared
todas mis proyecciones con el poder
efectivo de arrancar ladrillos
la cabeza y todo lo que contiene
rebotando como ecos de un sinte
por las cuatro paredes de este espacio

agarro la silla por el respaldo
trato de recordar
de qué lado cayó el vaso
busco referencias
hay polvo de ladrillo
en el suelo, estoy seguro
preparo mi retirada

viernes, 6 de abril de 2018

49


ser un poeta consciente es


         s e    r

u  n

         p          o e t

     a     consc

ie

n

   t



                 e

lunes, 19 de febrero de 2018

hashtag psicoanálisis


me voy a tirar acá
y hacer como que nada pasó
y el viento sopla



cuento la gente que crucé
la última semana
con el corazón roto
tal cual dicen las canciones

cuento la gente
con la que charlamos
como si tal cosa
pese a que sé
que tienen el corazón
suturado, y están ahí
subiendo fotos impecables

como si tal cosa

lo secreto es que
se nota un montón
sobre todo en esas fotos
impecables

tal cual
dicen las canciones

ensayo la reconstrucción
material de un encuentro:

la vereda rota, Ana
alta, la cara pálida
y la mandíbula muy recta
la piel blanca y lisa
los pelos húmedos
de un baño reciente
siempre buen humor
un poco fino y
un poco tribunero
un instagram impecable
y activo y un facebook
simpático, un corazón
roto como la vereda
ella, rota y aterida
con una compostura
de no creer

un cartel que diga:

atención a la gente
quebrada que vemos
todos los días de la vida
atención a la gente
medicada que sostiene
la cara pálida y
la compostura
atención porque si
la tuivéramos habría
menos gente y
menos veredas rotas