jueves, 26 de octubre de 2017
lunes, 4 de septiembre de 2017
45
estaba por decir
lo que el pibe aquél
estaba por decir
pero justo pasó
el tren y tapó
absolutamente todo
con su ruido metálico
de modo que
la imagen quedó muda:
el pibe, en blanco y
en negro
la cara de angustia
una mano en el pecho
arrugando su campera
de felpa y las venas
marcadas en el cuello
como haciendo un gran
esfuerzo por sacar
el aire
estaba por decir
lo que el pibe aquél
estaba por decir
cuando pasó el tren
y ahogó sus gritos
de forma que la imagen
quedó como un amigable
recordatorio
de que el pibe
todavía respiraba
domingo, 28 de mayo de 2017
44
1.
Jesús está sentado
a la derecha de una mujer
en una silla de madera
enclenque, en medio
del desierto del Sahel.
las patas de la silla se hunden
un cuarto en la arena,
las sandalias de Jesús
naturalmente, no se hunden
le están cortando el pelo
-hasta por arriba de los hombros-
le dice a la peluquera
-pero no más. tengo que
estar stylish cuando vuelva
al Mundo de los Hombres.
en 40 días no sabés como crece.
ella tijeretea
el sonido no viaja lejos,
los mechones se riegan
todo alrededor
Jesús se saca los lentes de sol
-mirá allá- le dice a su peluquera
-¿cuándo cayó?
-hace como mil años-
le contesta ella, con desinterés.
es el esqueleto de un avión
de la segunda guerra
el fuselaje está verde
los fierros emergen, peligrosos
hacia los puntos cardinales
-qué hermoso- dice Jesús
-no lo escuché caer.
2.
Jesús y su peluquera están
al costado del camino.
un tipo de gafas opacas
les ofrece un lagarto:
es un gecko de Marruecos
-¿estos guachitos pueden
correr sobre el agua, no?-
le pregunta a su peluquera
-como yo
-no- le contesta
-son bichos de arena,
corren sobre la arena.
Jesús se vuelve al tipo
y le hace no gracias
con la mano.
no hablan el mismo idioma
la peluquera tiene éxito
y un camión les para
-dale Jesús- le dice
agarrando los bolsos.
Jesús está más allá
filmando espejismos en super 8
-no se va a ver una goma-
dice mientras sube al camión
y se sacude la arena de la túnica
pasan a ciento veinte
junto a un cartel
con forma de flecha
en el que se lee:
"al Mundo de los Hombres"
la polvareda se lo traga.
en el camino, Jesús le cuenta
al camionero
la historia de la creación
tal cual se la contó su viejo.
su peluquera pone cara de hastío
todo el rato, abrazando
la bolsa con el cabello
de Nuestro Salvador.
cuando termina de narrar
el camionero le dice:
-¿ese no es el mito maya quiché?
-puede ser- contesta Jesús
rascándose la barba
3.
-¿qué le pasó
al Mundo de los Hombres?
pregunta Jesús a su peluquera
mirando un caserío destartalado.
a lo lejos se alzan
columnas de humo,
cerca hay pequeños fuegos.
-no sé ¿importa?- le contesta ella
-yo empezaría a predicar.
Jesús mira un montón de barriles
semienterrados y oxidados
con desconfianza
-¿no son explosivos esos?
su peluquera no le hace caso:
anda entre las casas
buscando un bazar
-¿viste? al final
el mundo de los hombres
no estaba tan mal.
le dice, animada por primera vez,
mientras salen del bazar.
lleva un pareo y un sombrero
y un collar de cuentas.
Jesús toma un frappé
-hasta me alcanzó para estos lentes,
mirá, así me devolvés los míos.
él se prueba los lentes redondos
y mira al cielo
-no tienen filtro UV- dice
5. apocalipsis
Jesús hace puchero con la boca
al costado del camino
-nuestra sociedad terminó-
le dijo recién su peluquera.
lo necesitaba con ella,
si no, nadie le iba a creer
que el cabello de la bolsa
era el cabello de nuestro salvador.
-ya es hora de que te emancipes.
le limpia el polvo
de la túnica
con ambas manos
y mirándolo a la cara, le dice:
-las puntas te quedaron hermosas.
ella sube a un arenero
con un tipo, y el tipo arranca
con un estruendo del motor.
-cuidate- le dice Jesús
con un hilo de voz.
cuando el polvo se disipa
ya no queda línea
en el horizonte.
6.
Jesús trepa hasta la punta
de una torre de madera
que encontró entre las dunas.
imagina un mar
encrespado
y tormentoso, grita:
-hay alguien ahí?
los cúmulos se tragan
el eco de sus gritos
restalla un relámpago
y puede ver que
hay gente en el agua.
le hacen señas.
Jesús les dice
con las manos ahuecadas
a los costados de la boca:
-todos los hombres serán marineros
hasta que el mar los libere.
no se acuerda si la frase
está en la Biblia
o si la robó
del cancionero de otro
se saca los lentes
sin filtro UV
y todo es arena otra vez.
-que bajón- dice
y desciende
mientras se aleja
no se da vuelta:
tiene miedo de que la torre
sea un espejismo también
coda:
ella se fue y lo dejó solo.
hace días que no se lava los pies
detrás de él
un camino interminable de huellas
el resto del desierto, inmaculado
un espejismo delante
cobra forma de auto
vuelto del revés.
pareciera datar de los setenta
-la cúspide del diseño automotriz-
piensa Jesús -después de eso
no hubo nada igual.
observa las inmediaciones vacías
mira al cielo, piensa:
"llueve chatarra".
entonces grita:
-¿viejo, sos vos?
y el cielo hizo acople*
buscando reparo
le da una vuelta al auto.
encuentra un walkman
a la sombra del capó.
lo agarra, lo limpia
y se pone los auriculares.
suena Roberto Carlos
* Gn. 1, 8,5
miércoles, 22 de febrero de 2017
radiolarios
1.
2014
a pesar de la lluvia
ese invierno
estuvo en llamas
ese invierno
las baldosas de las veredas
estuvieron más salidas que de costumbre
y los bolsillos fueron más profundos
las plazas se llenaron de ferias
creo que Mardel fue encantadora
y que lo patético
tuvo una oportunidad
en los focos de luz de baja potencia
colgados de los cables
con los vidrios húmedos
por las gotas
(ya hablé de lluvia, ah)
2.
el tiempo se contó
y se midió
en veredas
nos despedimos debajo
de la arcada del colegio
y solo nos vimos una vez más
a la pasada
en el cielo había nubes diferentes
pero no pudimos distinguir
unas de otras
después de un tiempo
deposité un grano de sal en el suelo
tracé un círculo alrededor
y salí
3.
2017
descubrí radiolarios
otra vez, en un libro llamado
"la vida, creadora de rocas"
que cita una frase de Byron
que dice: "el polvo que hollamos
fue otrora viviente"
un círculo se cierra
una vez, y va a cerrarse
otra vez más, por lo menos
estoy pensando mucho más que antes
en el pulido de las cosas
como las palabras y las piedras
muchas, sin embargo
corren salvajes, libres y sin editar
4.
sobre el cielo de Villa Urquiza
las nubes preparan su guerra
no suelo admitirlo
pero les debo mucho
y me la paso pagando
5.
mi paz es un grano de sal
en el centro de un círculo
(cada vez que trazo un círculo
me paro afuera)
la tuve ayer, en el balcón
a oscuras, con las luces
de la avenida y todo eso